Tras la asamblea a efectuarse en los próximos días, yo veo una comunidad nueva, sin juanes perreros, dice Pedro Jasso Bravo, comunero de San Juan de Guadalupe.
El emblemático comunero, de 95 años de edad, nació el 13 de abril de 1911. Muy joven contrajo nupcias con su actual esposa, Consuelo Menchaca, hace 74 años.
De 16 hijos que tuvo, le viven ocho, todos dedicados a la siembra, al cuidado de ganado y a la albañilería.
Con un pie enyesado, Pedro Jasso manifestó que espera que la próxima asamblea a efectuarse en la comunidad de San Juan de Guadalupe para la elección de nuevos representantes comunales, no tenga ningún problema. “Esperamos que no nos hagan tontos, porque ya nos han hecho muchas. Todos saben desde cuándo ganamos, pero el problema se ha alargado, ahora puros amparos, colegiado y juntas donde solicitan a puros muertos”.
Aunque aseguró que puede haber algún impedimento, el conocido don Pedro manifestó que “los juanes perreros esta vez se van. Siempre nos cambian la jugada, parecemos muñecos, pero ahora no nos harán tontos”, aseveró.
El comunero recordó aquel viaje a la ciudad de México con su borrico el chaparro . En ese tiempo el comunero viajó a la ciudad de México porque el entonces gobernador del estado, Horacio Sánchez Unzueta, ordenó encarcelar a su hijo Margarito Jasso, acusándolo de despojo de terrenos que reclamaba el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Una vez que logró liberar a su hijo y sin cargo alguno, prosiguió la lucha hasta conseguir que se detuvieran a los juanes perreros . “Me fui a México porque me apresaron a mi Margarito, me fui con 100 pesos hacia el zócalo de México. Me pedían millones para sacar a mi hijo y decidí irme. Le dije a Margarito, si es que sales y no hayas al chaparro es que me lo llevé”, expresó.
Descartó la posibilidad de volver a marchar a la capital, “no me voy a ir de la comunidad hasta no ver el cambio de comisión”. Continuó: yo veo que dentro de muy poco la comunidad logrará salir adelante sin los juanes perreros , y el problema de cientos de años de olvido y de injusticias va a terminar.
El emblemático comunero interrumpió la plática para buscar entre almohadas, una playera de propaganda electoral del entonces candidato a gobernador, Marcelo de los Santos, y se la puso “para que vea Marcelo que anduvo detrás de mí cuando quería la silla. Ahora ni aparatos auditivos ni lentes ni servicios ni comunidad tenemos. Me pongo su playera para que vea que la comunidad sigue amenazada, pero me pongo también mi sombrero para que no diga luego que me disfracé”, argumentó.
Advirtió que la situación de la comunidad se recrudece porque “siguen invadiendo la comunidad ilegalmente”, por lo que no descarta que la histórica comunidad de San Juan de Guadalupe pueda desaparecer. “Ya son muchos años de injusticias y de olvido hacia la comunidad de San Juan de Guadalupe”, finalizó.
El emblemático comunero, de 95 años de edad, nació el 13 de abril de 1911. Muy joven contrajo nupcias con su actual esposa, Consuelo Menchaca, hace 74 años.
De 16 hijos que tuvo, le viven ocho, todos dedicados a la siembra, al cuidado de ganado y a la albañilería.
Con un pie enyesado, Pedro Jasso manifestó que espera que la próxima asamblea a efectuarse en la comunidad de San Juan de Guadalupe para la elección de nuevos representantes comunales, no tenga ningún problema. “Esperamos que no nos hagan tontos, porque ya nos han hecho muchas. Todos saben desde cuándo ganamos, pero el problema se ha alargado, ahora puros amparos, colegiado y juntas donde solicitan a puros muertos”.
Aunque aseguró que puede haber algún impedimento, el conocido don Pedro manifestó que “los juanes perreros esta vez se van. Siempre nos cambian la jugada, parecemos muñecos, pero ahora no nos harán tontos”, aseveró.
El comunero recordó aquel viaje a la ciudad de México con su borrico el chaparro . En ese tiempo el comunero viajó a la ciudad de México porque el entonces gobernador del estado, Horacio Sánchez Unzueta, ordenó encarcelar a su hijo Margarito Jasso, acusándolo de despojo de terrenos que reclamaba el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Una vez que logró liberar a su hijo y sin cargo alguno, prosiguió la lucha hasta conseguir que se detuvieran a los juanes perreros . “Me fui a México porque me apresaron a mi Margarito, me fui con 100 pesos hacia el zócalo de México. Me pedían millones para sacar a mi hijo y decidí irme. Le dije a Margarito, si es que sales y no hayas al chaparro es que me lo llevé”, expresó.
Descartó la posibilidad de volver a marchar a la capital, “no me voy a ir de la comunidad hasta no ver el cambio de comisión”. Continuó: yo veo que dentro de muy poco la comunidad logrará salir adelante sin los juanes perreros , y el problema de cientos de años de olvido y de injusticias va a terminar.
El emblemático comunero interrumpió la plática para buscar entre almohadas, una playera de propaganda electoral del entonces candidato a gobernador, Marcelo de los Santos, y se la puso “para que vea Marcelo que anduvo detrás de mí cuando quería la silla. Ahora ni aparatos auditivos ni lentes ni servicios ni comunidad tenemos. Me pongo su playera para que vea que la comunidad sigue amenazada, pero me pongo también mi sombrero para que no diga luego que me disfracé”, argumentó.
Advirtió que la situación de la comunidad se recrudece porque “siguen invadiendo la comunidad ilegalmente”, por lo que no descarta que la histórica comunidad de San Juan de Guadalupe pueda desaparecer. “Ya son muchos años de injusticias y de olvido hacia la comunidad de San Juan de Guadalupe”, finalizó.
Por Montserrat Balcorta
Fotoperiodista, Mauricio Palos Gutiérrez de
Proceso Foto y La Jornada San Luis
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