sábado, 24 de junio de 2006

Ensoñación neuronal

Ensoñación neuronal, masa guiada por necesidades creadas, un enfermizo apego a “las heces del infierno”, no me gusta caer en el pesimismo pero no puedo negar lo afines, a lo que conozco como realidad, que son estas ideas. Me dijeron algún día “Si los demás lo piensan, yo lo pensaré”, además de decepción, sentí la necesidad de hacer cambiar de opinión a esta persona, probablemente sólo sea necedad o capricho mío, pero ¿Y qué importa si los demás no nos entienden?
Es difícil ser diferente en estos tiempos, sean cuales sean las razones: crisis de identidad, miedo a la separatidad, deshumanización…Son muchos los intentos de salir de la borregada, y lo peor es cuando caemos en cuenta de que el “ser diferente” ya es un eslogan de bebida refrescante (aguas negras del imperialismo yanqui .inc). Pero aún queda la fe en que no es imposible cambiar.
La sensibilidad hacia los pequeños detalles de la vida cada vez es menos, mientras el adormecimiento aumenta, noto con pena que el soñar despierta, síntoma de pereza mental, es cada vez más común en mi caso. Y las pedradas cayeron, derrumbe de ideas con la finalidad de hacerme pensar por un rato, en la condición humana y su debilidad. También en el capitalismo de la libre oferta y demanda, llamado neoliberalismo, como cosifica a la gente, estas se convierten mercancía lista para el libre mercado, entre más demanda exista, mayor es el éxito del producto que pudiera ser persona.

Pureza de corazón es querer una sola cosa... Kierkegard.

La esperanza en el humano queda, en la pasión al hacer las cosas, la capacidad creativa jamás superada por las máquinas, ser crítico al respirar oxígeno y publicidad, hacer aunque sea el intento de analizar cada pensamiento que surja, encontrar un ideal. A pesar de que sea difícil buscarle un sentido a la vida, no pienso entregarla al consumo nada más.

Por Ana Mayela
De Velasquez Farfan
Estudiante de la Escuela
en Ciencias de la Comunicación, UASLP.
Bibliografía
Fromm, Erich, “Del tener al ser”,
Editorial Paidós, México, 1991.
Foto: Neurona/estudiosmédicosstlery

No hay comentarios.: